Mención de Honor en el Concurso de Microrrelatos de Anmistia Internacional (Madrid).
A través del ventanuco
de la celda de aislamiento, Mahmoud Abou Zeid, el reportero, solo
puede ver un trozo de cielo uniforme y una luz dura como la del
encuadre desenfocado de su cámara, como las imágenes vagas y
difusas de televisión que velan la verdad en su país. Y recuerda,
como su madre contaba los astros de las constelaciones, y le decía
que cada una de ellos despedía el brillo de una palabra silenciada
en el pasado.
Por eso, al llegar la
noche, Mahmoud imagina fotografías, mientras lanza piedrecillas al
campo para levantar a las luciérnagas, para mezclar con su vuelo
infatigable la luz remota de las estrellas.
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